El Rugir de un Puma
Los primeros pasos en el bosque los dan los niños de 6 años que se inician en el deporte como parte de un juego en equipo donde lo importante es divertirse, ir para adelante, cuidar de la pelota y ayudar a sus compañeros. Con esas premisas el rugby infantil se transforma en la cuna de valores y aprendizaje.
La etapa juvenil se completa con la obtención de conocimiento tácticos, físicos y estratégicos otorgados en los clubes a través de los entrenadores, cuya finalidad comienza en formar al hombre como persona llevando el estandarte del respeto, perseverancia, constancia y amistad, concluyendo con un jugador listo y preparado para cualquier adversidad dentro y fuera de la cancha.
El scrum como principal herramienta de juego Argentino lleva el sello de que el todo no es la simple suma de las partes, el scrum representa la fuerza de equipo en su máxima expresión, poniendo lo mejor de uno en conjunto donde ninguno renuncia ni se rinde individualmente. Esta básica formación es nuestro pilar como equipo y nos hace diferente y temibles.
La mística puma (tal como el origen de su nombre lo indica, León sudamericano; para nosotros, el Yaguareté) nace de la actitud de dicho animal puesta en el campo de juego. La ferocidad, astucia, garra, temperamento que desarrollaron los jugadores en el año 1965 ante Sudáfrica nos valió dicha calificación, la misma que al día de hoy se ve y se siente en nuestro equipo nacional, la misma que cada argentino siente en el pecho cuando suena el himno nacional y sale a la cancha a defender su camiseta.